No me quieres, no te quiero.
Y este fue el pacto,
uno de tantos,
tan acostumbrados a nuestra pasión fugaz,
al ir de cama en cama
como cualquier noche más.
Y nos quedamos encerrados,
en un poema de extrarradio,
con una historia entre las manos,
como un cuento inacabado.
Volvimos a jugar a los dados,
apostando al 7 prometimos
"no te echaré de menos", me dijiste
"yo tampoco", respondí.
Pero el azar nos confesó,
"Ahora me pienso divertir"
Y se hizo de noche entre tus brazos,
con la lluvia a nuestra espalda,
guardamos nuestro secreto bajo tu falda.
Y recordé reírme con tu acento,
pintando garabatos en tu pelo,
Y mojamos nuestros frenos.
No encontramos el momento,
de arrepentirnos del acuerdo.