¿Y si nunca vuelvo a cruzar tu mente?
Y llegó el día en que me mirabas y no te entendía,
el día en que tus palabras no eran las que acariciaban mi almohada,
el día en que te asomaste a mi abismo,
pero ya no saltabas conmigo.
Y empezamos a jugar a contarnos el final del cuento,
a contar como rompían las gotas de lluvia en la ventana,
Se nos hizo fácil olvidarnos de aquel "vivieron felices y comieron perdices".
Enterramos aquello que creíamos nuestro,
Y juramos guardar el secreto incluso de nosotros mismos,
pero cavamos tan hondo que nos perdimos...
Porque aquello que guardas, lo olvidas,
aquello que retienes, lo pierdes,
aquello que callas, quema,
y aquello que sientes, muere.
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